En el mundo de las inversiones, el private equity (PE) ha crecido significativamente en las últimas décadas. Lo que comenzó como una clase de activos de nicho y exclusiva para grandes inversionistas e instituciones, hoy es más accesible para inversionistas individuales. ¿Por qué esta clase de activo debería captar nuestra atención? Te explicamos cómo el private equity puede añadir valor a un portafolio diversificado y cuáles son los factores a considerar al incluirlo en un portafolio.
¿Qué es el Private Equity?
El private equity implica invertir en empresas que no cotizan en bolsa. A diferencia de las acciones públicas, donde los precios fluctúan constantemente en el mercado, el PE se basa en adquirir participaciones significativas en empresas privadas para ayudar a mejorar su desempeño y, eventualmente, vender esas participaciones a un valor superior. Esta clase de activos ha mostrado, a lo largo del tiempo, rendimientos superiores a los mercados públicos, aunque también conlleva ciertos riesgos y compromisos de liquidez a largo plazo.
¿Por qué debemos incluir Private Equity en un portafolio de inversiones?
En Southment, consideramos que hay cuatro principales razones por las que un portafolio bien diversificado debe incluir fondos de inversión de private equity, te lo explicamos a continuación.
Retornos incrementales: La "prima de iliquidez" y la eficiencia operativa
Uno de los mayores atractivos del private equity es su potencial para generar retornos superiores a los de los mercados públicos. En los últimos 20 años, el PE ha dado un rendimiento compuesto de 13.6% después de comisiones y gastos, comparado con el 9.6% de acciones públicas de las principales acciones de Estados Unidos. En otras palabras, esto significa que, incluso después de las comisiones de los gestores de fondos de private equity, esta inversión ha sido más rentable que un portafolio netamente de acciones. Pero, ¿de dónde vienen estos retornos adicionales?
El primer factor es la “prima de iliquidez”, el private equity implica compromisos a largo plazo, por lo que los inversionistas son compensados en rendimiento por esta falta de liquidez. Esto significa que los inversionistas deben estar dispuestos a aceptar que su dinero esté “atrapado” en una inversión por varios años a cambio de un potencial de mayor retorno. Esta prima de iliquidez puede agregar entre un 3% y un 5% adicional en retornos anuales en comparación con inversiones más líquidas.
Los fondos de private equity no solo invierten capital, sino que también implementan estrategias de mejoras operativas en las empresas que adquieren a través de una participación directa en la gestión del negocio. Esto puede incluir desde optimización de procesos, reducción de costos, hasta cambios en la administración. Estos ajustes impulsan el valor de la empresa, lo que resulta en un rendimiento superior al momento de la venta.
A diferencia de las acciones en mercados públicos, donde la información es pública y los precios reaccionan rápidamente a las noticias, el private equity opera en un mercado menos eficiente, donde los gestores de fondos de inversión tienen acceso a información privada y pueden aprovechar oportunidades que los inversionistas promedio no pueden ver. De esta manera crean así un margen adicional de ganancia.
Acceso a empresas privadas: El universo desconocido de las empresas no cotizadas
En Estados Unidos, el 85% de las empresas son privadas, lo que significa que una gran parte de la economía queda fuera del alcance de los mercados públicos. Y al estar fuera del radar de la mayoría de los inversionistas, muchas empresas privadas tienen valoraciones atractivas y a menores precios en comparación con empresas similares en los mercados públicos. Esto se debe a la menor competencia por estas inversiones, lo cual permite a los fondos de PE adquirir empresas a precios relativamente bajos, evitando la especulación diaria y la volatilidad de mercado de las empresas públicas.
Muchas de estas empresas están en etapas tempranas de desarrollo o en mercados de nicho que aún no han sido explorados en profundidad. Invertir en ellas ofrece la oportunidad de captar un crecimiento potencial antes de que las empresas alcancen una etapa de madurez o sean adquiridas por competidores más grandes.
Diversificación y baja correlación: Un amortiguador en tiempos de volatilidad
El private equity ofrece diversificación a un portafolio no solo por tratarse de un activo diferente, sino también porque sus retornos suelen tener una baja correlación con los mercados públicos de acciones cotizadas. Al añadir PE a un portafolio que ya incluye acciones, bonos y otros activos tradicionales, los inversionistas pueden reducir el riesgo general del portafolio. Esto se debe a que las valoraciones en el private equity no reaccionan tan rápido a las crisis del mercado, como sí ocurre con las acciones cotizadas en bolsa.
Durante periodos de caída en los mercados cotizados, el private equity puede funcionar como un amortiguador porque su desempeño no depende de los precios fluctuantes del mercado. Esto ayuda a los inversionistas a mantener una mayor estabilidad en momentos de volatilidad. La combinación de activos menos correlacionados ayuda a mejorar la relación entre riesgo y retorno, el conocido retorno ajustado al riesgo. Esto permite que los inversionistas se beneficien de un mayor potencial de rendimiento sin necesariamente asumir más riesgo.
Menor volatilidad y compromiso de largo plazo: Más allá de la liquidez inmediata
A diferencia de las acciones en los mercados públicos, donde el valor de la inversión fluctúa diariamente, el private equity tiene una naturaleza menos volátil debido a su horizonte de inversión a largo plazo. Las empresas privadas no están sujetas a los cambios de precio diarios que afectan a las acciones públicas, donde los inversionistas de private equity experimentan una menor volatilidad. Esto es beneficioso para aquellos que prefieren estabilidad en sus inversiones.
Las inversiones en private equity tienen un compromiso de largo plazo, con un horizonte de inversión de 5 a 10 años, lo que permite a las empresas implementar sus estrategias de crecimiento sin la presión de mostrar resultados inmediatos a los inversionistas. Este enfoque a largo plazo le da espacio a las empresas para que se enfoquen en la construcción de valor real y sostenible.
¿Es el Private Equity para todos?
No todos los inversionistas están preparados para los compromisos y las particularidades del private equity. Esta clase de activos exige un horizonte de inversión largo, una alta tolerancia a la falta de liquidez y la disposición de realizar un análisis profundo antes de asignar capital. Pero, como en todo, hay beneficios y contras. Y aunque algunos inversionistas son cautelosos con respecto a la transparencia y las tarifas de los fondos de private equity, los buenos gestores ofrecen una transparencia comparable a la de los mercados públicos y justifican unas tarifas y comisiones mayores mediante la generación de retornos superiores.
Es por eso que, desde Southment, consideramos que el private equity puede convertirse en el pilar que falta en una estrategia de inversión bien diversificada. Sin embargo, no es una inversión que deba tomarse a la ligera. Los inversionistas que deseen incluir fondos de private equity en su portafolio deben considerar cuidadosamente sus objetivos financieros, horizonte de inversión y nivel de tolerancia al riesgo, además de investigar y seleccionar cuidadosamente los fondos de inversión.
Para aquellos que pueden asumir estos requisitos, tienen suficiente liquidez, están dispuestos a explorar más allá de los límites de los mercados públicos y comprometerse a largo plazo, el private equity ofrece una oportunidad única para mejorar el retorno ajustado al riesgo de su portafolio.
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